Desde que puedo recordar el año empieza en septiembre. Después del largo verano, de las tardes eternas, de la luz, de las excursiones, de las comidas, de la siesta interminable, de la cosecha, de la playa… El año comienza. Regreso, aunque quizás no me haya ido. Todo está por hacer, por contar, por proyectar, por decir. Y no, no suele ser septiembre un lunes muy largo. Me gusta septiembre, aunque pronto anochecerá enseguida, llegarán las lluvias, el frío y el verano será un recuerdo lejano. Ahora, en septiembre, el año comienza.
¡Empezamos!