Masterclass, bonos y filtros fotográficos

La sorpresa, para mí, del  Masterclass Fotonature La Palma 2011 fue cuando en la sesión inaugural oí mi nombre. Me dije “qué habré hecho ¿el coche mal aparcado?”;  para mi desconcierto había un sorteo entre los más de 100 asistentes al Masterclass. La “mano inocente” de Gonzalo Azumendi, al que había conocido la tarde noche del miércoles cuando iba a la presentación del taller “un día en La Palma” de Tino Soriano, y acabé “posado” para él en la plaza de Los Llanos; a petición de la “conductora” de las charlas, sacó una papeleta con mi nombre. Allí estaba el dueño de la tienda, Manuel Darmú, La Palma Digital que entregaba los bonos. Fui para allá. Como tenía en mente probar los filtros le pedí si los podía conseguir. Aunque no tenía claro lo de los filtros David Santiago,  en su magnífica charla acabó por convencerme. Y casualmente, en mi día, recojo todo el equipo.  Dar la gracias a Manuel y Fran de La Palma Digital por su eficacia y atención. Y a Julio y todo su equipo por hacer posible que magníficos fotógrafos vengan a la isla. Y mira que son buenos y grandes todos: Tino, José Benito, Gonzalo, David, Rolando,…

Ahora toca probar y sacarle partido al porta filtros, las roscas adaptadoras y los filtros.

Creyente versus ateo

 En el vientre de una mujer embarazada, dos gemelos sostienen una breve e interesante conversación porque uno de ellos es creyente y el otro ateo.

- El ateo: ¿Hermano, tú crees en la vida después del nacimiento?

- El Creyente: Por supuesto. Todos saben que hay vida después del nacimiento. Estamos aquí para crecer, estar fuertes, y prepararnos para lo que nos espera cuando salgamos.

- El ateo: ¡Tonterías! No puede haber vida después del nacimiento.
¿Puedes imaginarte como sería esta vida?

- El Creyente: No conozco los detalles y de momento no tengo mucha imaginación, pero supongo que fuera hay más luz. Tal vez allí caminemos y nos alimentemos solos.

- El ateo: ¡Qué disparate! ¡Es imposible caminar y alimentarnos solos! Tenemos el cordón umbilical que nos alimenta. Solamente quiero recordarte esto: la vida después del nacimiento es imposible, porque nuestra vida depende del cordón, y el cordón, es demasiado corto.

- El creyente: Estoy seguro que es posible. Sólo que será un poco
diferente. Quizá muy diferente.

- El ateo: Pero no hay nadie que haya regresado de allí, no te hagas ilusiones. La vida sencillamente se termina con el nacimiento. Y, sinceramente, la vida está llena de incomodidades en la oscuridad. Esto es demasiado estrecho para los dos.

- El creyente: No sé exactamente cómo será la vida después del
nacimiento pero en cualquier caso, vamos a conocer a nuestra mamá, ¡Y ella cuidará de nosotros!

- El ateo: ¿Mamá, has dicho? ¿Tú crees que tenemos una mamá? ¿Y entonces dónde está?

- El creyente: Ella está por todos lados, a nuestro alrededor, y
nosotros nos encontramos dentro de ella. Nos movemos por ella y
gracias a ella estamos vivos. Sin ella no existiríamos.

- El ateo: ¡Qué tontería! Yo no he visto una mamá así; por lo tanto no existe.

- El creyente: Yo tampoco la he visto. Pero cuando no me das patadas, y pasamos momentos buenos de tranquilidad, la oigo cantar; es una música dulce. Estoy deseando encontrarme con ella. Entonces, además de oírla, la veremos.